Cine en Asturias

Cine en Asturias
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lunes, 28 de febrero de 2011

Los Inicios

El cine, que apenas nada más nacer era más bien espectáculo de feria con el que se recorrían las localidades según la festividad de cada una, había llegado a Asturias en 1896. Ya al año siguiente se exhibía aquí. Parece ser que llegó a Gijón en agosto de 1897 de mano de unos portugueses ambulantes, César Marques y Alessandre de Azebedo, , coincidiendo, como no, con la festividad de la Virgen de Begoña. Se presentaban con “producciones propias”. Así se anunciaba en el “Cinematógrafo Lumière”, instalado en los bajos de un edificio frente al quiosco de la música en el Paseo de Begoña, y que prometía en esa sesión, entre otras, la cinta titulada Vista de un rompeolas tomada desde Santa Catalina. Poco más tarde, en septiembre, filmarían la Vista del Campo Valdés, tomada a la salida de misa de 12 de la Iglesia de San Pedro.

Al año siguiente el Teatro Jovellanos acogería ya las primeras proyecciones y con gran éxito de público, según la prensa local. Además de en Gijón, el cinematógrafo se presentó en otras ciudades con éxito similar: Luarca en 1898, Avilés en 1900 o en Oviedo a finales de 1899.
Como podemos comprobar, la misma reacción a la llegada del cinematógrafo que en el resto de localidades donde se presentaba el nuevo invento. Y los mismos primeros metros rodados: vistas locales y acontecimientos religiosos y/o sociales.
Y también pronto aquí aparecerían los primeros pioneros de la naciente industria. Ya en 1898, el gijonés Arturo Truán Vaamonde (fotógrafo, pintor e industrial), construyó, basándose en un catálogo de los hermanos Lumière, un cinematógrafo -recordad que el cinematógrafo Lumière grababa y permitía proyectar- y con el apoyo de una recién creada Sociedad-Foto-Club, sociedad “científico-recreativa”, proyectaría primero en el Teatro Jovellanos y más tarde en un pabellón de madera creado ex-profeso, varias vistas de la localidad.
La primera película con argumento sería Robo de fruta, de Javier Sánchez Monteola, que se estrenó en 1905 en e lSalón Luminoso de Gijón (Salón que en verano se situaba en el Paseo de Begoña -entonces de Alfonso XIII-, y en invierno a la calle Corrida. a peliculita contaba con protagonistas conocidos de la época y desarrollaba en lugares de Somió y Viñao una argumento cómico con caídas, persecuciones…
Tras estos primeros balbuceos, las salas de proyección y la industria cinematográfica empiezan a consolidarse. Ladécada de los 20 es la edad de oro de nuestro cine. Empiezan a surgir producciones destinadas no sólo al consumo interno sino también con la intención de traspasar fronteras. Por ejemplo, Vistas de Asturias, será exhibida en el Centro Asturiano de Buenos Aires en 1924, y, en cierta medida, marca un antes y un después en nuestra cinematografía.
En 1925 el Comité ejecutivo de la Feria de Muestras Asturiana produjo Asturiasun largometraje en 9 partes y de casi dos horas de duración que recogía el viaje íntegro del Príncipe de Asturias y que despertó un interés y un éxito inusitado a pesar de su duración.
En 1926 nos encontramos ya con productoras asturianas que presentarían sus primeras producciones. En Gijón AZETA FILM, que estrena con éxito en el Teatro jovellanos Cuento de lobos, de Romualdo Alvargonzález. En Oviedo ASTURIAS FIM, estrenaría Bajo la niebla de Asturias, de Manuel Noriega, producida por Mantequerías Arias. También en Mieres, con el patrocinio de Gerardo Pombo, se rueda Mieres del Camino, dirigida por Juan Díaz Quesada y estrenada en 1928, con notable éxito y no sólo en Asturias. (La película cuenta en unos cuarenta minutos la historia de una joven heredera que en una visita al pozo Barredo se enamora de un minero. Final feliz, a pesar de la oposición inicial del padre, y numerosas imágenes de la geografía comarcal. Incluso hay un cierto mensaje reivindicativo: la defensa del consumo de carbón asturiano frente a la política de importaciones)

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